El valor de las cosas y la actitud ante la vida.

 No se mucho (si no es que nada) de economía y esas cosas pero he aprendido con el tiempo que el valor y el costo son dos cosas muy distintas. Me molestaba cuando la gente no sabía aplicar estos dos términos y decían erróneamente "tal aparato eléctrico vale tanto" en vez de decir "el precio de tal aparato es tal" o "me costo tanto el aparto tal"... el aparato eléctrico, que en este caso supongamos que es una televisión, puede valer mucho para mi puesto que tal vez signifique que ya soy grande y me compro las cosas, que podré ver mis programas favoritos o equis cosa más...  aunque esto que estoy diciendo no tiene mucho que ver con lo que en realidad quiero expresar.

¿Qué si porque me importa tanto la diferencia entre el costo y el valor?, porque en este momento es algo que me ha estado dando vueltas en la cabeza y además estos conceptos, términos, palabras, etc... se aplican a las relaciones humanas, a la relación con uno mismo y sobre todo a nuestra autoestima.

El valor es algo que nosotros otorgamos. Nadie nos dice que tanto valoraremos algo o alguien, simplemente dependiendo de que tanto nos costo tal cosa o entablar cierta relación con alguien es el valor que le damos a tal persona o tal cosa o lo que sea... Pero, ¿qué pasa cuando no nos damos cuenta que ese valor necesario para tener relaciones interpersonales sanas o "normales" no está?, ¿cuándo ni siquiera nos damos cuenta que valemos y queremos darle el valor o encontrar el valor que deberíamos saber que tenemos, en los demás?... yo les voy a decir que pasa: VALEMOS MADRE...

Uno de los 10 mandamientos dice : Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Creo que falto aclarar que es como a ti mismo NO más que a ti.

Según dicen, uno no puede dar algo que no tiene...¡pues sí! suena simple y hasta estúpido decirlo pero se nos olvida de repente. Hay una canción que dice: "Nunca he conseguido amar, pues no me quiero ni yo...", y es verdad. Uno no puede pedir que lo valoren si uno mismo no se ha dado cuenta de cual es su valor. Al no valorarte, el costo disminuye... te menosprecias, te sientes peor que nada... una lacra social, maldita sabandija... ya pues, ya parece canción de Paquita la del barrio.

El punto es que uno refleja lo que siente. Nunca les ha pasado que llegan a un lugar después de haber tenido algún pleito, altercado, bajón de ánimos, de una situación de estrés, etc. y no falta el que pregunta "¿QUE TIENES?" y tú dices "NADA..."  y al rato llega otro, y otro y otro... posoye así traeras la cara.

Por eso he llegado a la conclusión que todo se trata de la actitud que tomas ante la vida. Uno elige como afrontar la vida y todo lo que conlleva el vivir. Es difícil, pero cuando te das cuenta que todo es mucho más simple y sencillo de lo que parece y de que NUNCA acabaras de entender las cosas y que tampoco encontraras todas las respuestas, ese día empezaras a conocer la verdadera felicidad. NADA ni NADIE existe en este mundo para hacerte la vida imposible A TI... ni a nadie. Parte del ser y estar (y existir) es aprender a que coexistimos en un mundo LLENO DE MUCHÍSIMAS PERSONAS, y como aun no se ha podido lograr que nos mudemos algunos a otro planeta y al parecer ya se acerca el fin del mundo pues NI MODO GACHOS, a ser que el paso por está tierra sea más fácil...

Así que, cuando te levantes por las mañanas y digas "QUE FLOJERA, QUE FRÍO TENGO... " piensa que actitud quieres tomar y reflejar este día. Quierete, valorate... porque ten por seguro que por más personas que haya en el mundo, no hay ninguna otra igual a ti.

Otra cosa, nunca juzgues a nadie por su aspecto físico o su vestimenta... caras vemos, corazones no sabemos. Una cosa es la actitud y otra cosa la esencia de la persona.