Creo que el decir “5 minutos más”
es como parte de la naturaleza humana. Quisiera escribir una reflexión profunda
y amplia sobre esto pero no, mejor no.
Mejor solo mencionare lo que me
sucede a diario al momento de levantarme y cuando suena la alarma, cuando me
digo a mi misma “cinco minutos más”… ¡nunca son cinco minutos!
Los míos, esos 5 minutos de la mañana, se convierten en 15, 20,30 y hasta 60
minutos (cuando me levanto por demás tarde y parezco “caricatura” queriendo
recuperar el tiempo perdido… motivo para otra reflexión), que me hacen pasar
por pequeños pre infartos al percatarme de que efectivamente, esos no fueron
cinco minutos.
Mi reacción cuando supe que no fueron 5 minutos y que además quiero más minutos.
¿Por qué costará tanto levantarse
de la cama sin esos 5 minutos?
Tal vez sean ese tipo de
preguntas de las cuales jamás sabré a respuesta, o tal vez debería dejar de
dormirme tan tarde y dejar de perder tiempo por las mañana en una lucha interna
con mi misma por dejar la cama y comenzar el día.
O tal vez todo sea parte de mi inconsciente
quien se niega a enfrentar la vida a diario entre tanto problema y cosas por
hacer. Eso, o simplemente soy lo que siempre me han dicho a lo largo de mi
vida: “una huevona”… o sea floja. Como cuando estudiaba y siempre me dijeron
que era inteligente pero floja… nunca he dudado de mi inteligencia, solo que
jamás vi motivos reales para demostrarlo.
Así que a la próxima vez que
quiera 5 minutos más de sueño, recordare que todos lo hacemos y me volveré a
dormir. ¡NO ES CIERTO! … mejor me auto
engañaré pretendiendo que no los necesito y me levantaré, para enfrentar el día
con valentía y fortaleza…
O mejor no, que flojera.
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